HIPOGLICEMIA en recién Nacidos.

Hipoglicemia significa “nivel bajo de azúcar (glucosa) en la sangre”. No hay una definición de Hipoglicemia del recién nacido que esté universalmente aceptada. La definición de la hipoglucemia en el recién nacido ha mantenido en controversia hasta la actualidad, debido a la falta de correlación significativa entre la concentración de glucosa en plasma, los signos clínicos y las secuelas a largo plazo. La mayoría de los profesionales en las unidades de neonatología no parecen conocer con seguridad cuál debería ser el valor normal del azúcar en un recién nacido. Simplemente toman nota de la cifra que aparece en la analítica y ordenan “dar leche artificial”. Nadie se pone de acuerdo sobre cuáles son los niveles “normales” de azúcar en sangre en un recién nacido. Cada grupo trabaja con un valor distinto y, cuando la analítica sale por debajo de ese valor estimado como normal por ellos, consideran que el azúcar está “muy bajo” y que ese bebé necesita leche de fórmula. Muchos autores han sugerido las definiciones numéricas de hipoglucemia, por lo general entre 30 y 50 mg / dl (1.7 a 2.8 mmol / L) y variando según la edad postnatal. No hay ninguna justificación científica para el valor de <47 mg / dl (2,6 mmol / L) que ha sido adoptado por algunos clínicos. Además, los resultados de las pruebas de glucosa en sangre puede variar enormemente con la fuente de la muestra de sangre, el método de ensayo, y si la concentración de glucosa se determina en la sangre total, plasma, o suero. Las concentraciones plasmáticas o séricas de glucosa son un 10-15% más alto que en la sangre entera. Opiniones múltiples han llegado a la conclusión de que no existe un nivel específico de concentración o duración de la baja de glucosa en plasma o sangre entera que pueda ser ligado a cualquiera de los signos clínicos de hipoglicemia o a una lesión neurológica permanente.

Cornblath et al. ha resumido el problema en la siguiente frase:
“La hipoglucemia no es y no puede ser definida como un solo número que pueda aplicarse universalmente a todo individuo. Más bien, se caracteriza por un valor (s) que es único para cada individuo en particular, y varía tanto con su estado de madurez fisiológica y la influencia de patologías”

El nivel de azúcar en sangre en los bebés al nacer es más o menos el mismo que el que tiene su madre en ese momento. (Es interesante relacionar este punto con los partos hospitalarios intervenidos, medicalizados y/o instrumentalizados, que suelen significar largas y forzosas horas de trabajo de parto para la madre, muchas veces sin que se le permita ingerir alimento). Durante las horas siguientes al parto, en algunos bebés baja hasta niveles que muchos considerarían “demasiado bajos”. En el lactante normal a término existe una caída importante de la concentración de glucosa durante las primeras 3-4 horas de vida.¡Esta bajada de azúcar durante las primeras horas es normal! Volverá a subir de nuevo durante las siguientes horas, incluso si el bebé no se alimenta. Esta variación se ha observado no solo en humanos sino también en otros mamíferos. Este fenómeno es autolimitado, sin signos clínicos, y se consideran parte de la adaptación a la vida postnatal, ya que los niveles de glucosa se ??elevan espontáneamente dentro de las primeras 24 horas después del nacimiento ( para algunos, es incluso más tiempo, sin ser patológico).

Tratar “niveles bajos de azúcar” en estas circunstancias es tratar innecesariamente a miles de niños en todo el mundo y hacer que reciban un suplemento de leche artificial cuando en realidad sus niveles de azúcar son completamente normales. Esta caída de la glucosa se asocia a un aumento de los niveles plasmáticos de glucagón, que puede ser en parte debido a la liberación de catecolaminas que probablemente estimulen la liberación inmediata de glucosa de las reservas de glucógeno y activación de la lipólisis.

El contacto piel con piel con la madre mantiene el nivel de azúcar en la sangre del bebé más elevado que si se produce una separación. El contacto piel con piel también ofrece al bebé la oportunidad de alimentarse directamente al pecho. El calostro de la madre es la mejor leche posible para prevenir y tratar niveles de azúcar bajos en recién nacidos y, si no se puede ofrecer al bebé, la segunda mejor opción es leche proveniente de un banco de leche. El contacto piel a piel se puede lograr fácilmente aún si llegare a necesitarse colocar una vía IV en su lugar, y puede disminuir el trauma de la intervención, mientras que también proporciona la termorregulación fisiológica, lo que contribuye a la homeostasis metabólica.

Las madres cuyos bebés tengan un riesgo alto de sufrir una bajada de azúcar al nacer, pueden extraerse calostro y almacenarlo a partir de la semana 35-36 de embarazo. De esta manera, el bebé pueda tomar calostro en vez de leche artificial si es necesario. No hay pruebas de que la extracción manual de leche en esta etapa del embarazo aumente el riesgo de parto prematuro.
Existen pruebas de que los niños que son amamantados en cuanto nacen tienen menos posibilidades de sufrir hipoglucemia clínica y pueden, de hecho, tener niveles más altos de azúcar que los bebés alimentados con leche artificial.

No existe ninguna prueba que demuestre que los bebés que nacen grandes (más de 4 Kg, según los protocolos de algunos hospitales) tengan mayor riesgo de sufrir bajadas de azúcar si su madre no es diabética. Al contrario, estos bebés están en menor riesgo de sufrir hipoglucemias, ya que tienen mucha grasa en su cuerpo que puede descomponerse en un compuesto denominado cuerpos cetónicos. Los cuerpo cetónicos protegen el cerebro del bebé de los efectos de una bajada de azúcar y están presentes en mucha más alta concentración en la sangre de bebés amamantados (con calostro o leche materna) que en la sangre de bebés alimentados con leche artificial. Los bebés que toman alimentación mixta tienen una respuesta intermedia.

No hace falta llevar automáticamente a cuidados especiales a un bebé que tenga riesgo de sufrir una bajada de azúcar (hijos de madres diabéticas, tanto de tipo 1 como de tipo 2). Debería quedarse con la madre, piel con piel, ser alimentado a demanda y recibir la ayuda de los profesionales en lactancia para asegurarse de que se está alimentando al pecho correctamente. Puede ofrecérsele calostro extraído previamente con cuchara, jeringuilla o relactador.

¿Conclusión final? Existe mucha “histeria” alrededor de la hipoglucemia y el “tratamiento” que se aplica está causando que muchos bebés reciban innecesariamente suplementos de leche artificial, muchas veces además en biberón. Podemos decir que hacer controles rutinarios de los niveles de azúcar a los recién nacidos solo supone un ejemplo de cómo en el sistema sanitario puede “estar preocupado ante la posibilidad de una demanda legal”. También podemos decir que es un procedimiento agresivo hacia los bebés, que crea una ansiedad innecesaria en los padres y que tiene como consecuencia que a estos bebés se les apliquen “tratamientos” innecesarios.
Debemos procurar como sociedad, y como profesionales de la Salud, que los bebés no sean separados innecesariamente de sus madres despúes de nacer, que puedan permanecer en contacto piel con piel constantemente, e incentivar y NO INTERFERIR con la Lactancia Materna, para que el recién nacido pueda adaptarse saludable y tranquilamente a la vida extrauterina.

Adaptado al español por: Gisella Uribe, Monitora comunitaria de lactancia GALM Santiago Centro, Asesora de Lactancia LCDLL, Doula.

Artículo original: Jack Newman, MD, FRCPC, 2017, 2018 (International BreastFeeding Centre)

Hypoglycæmia of the Newborn (Low blood sugar)

Breastfeeding and low blood sugar

REFERENCIAS

 

De Rooy L, Howden J. Factores nutricionales que afectan la adaptación metabólica posnatal de los bebés pequeños y grandes a término para niños en edad gestacional: Pediatría vol. 109 No. 3 Marzo 2002, pp. E42
Cornblath M, Hawdon JM, Williams AF Aynsley-Green A, Ward-Platt MP, Schwartz R, Kalhan SC. Controversias sobre la definición de hipoglucemia neonatal: umbrales operacionales sugeridos. Pediatrics 2000; 105: 1141-5

Hoseth E, Joergensen A, Ebbesen F, Moeller M. Niveles de glucosa en sangre en una población de bebés sanos, amamantados y de término de tamaño apropiado para la edad gestacional. Arch Dis Child Fetal Neonatal Ed 2000; 83: F117-9

Tozier, P. K. (2012), Tackling Newborn Hypoglycemia in the Delivery Room: Utilizing Colostrum, Skin to Skin and State of the Art Policies. Journal of Obstetric, Gynecologic, & Neonatal Nursing, 41: S32–S33. doi:10.1111/j.1552-6909.2012.01360_3.x

Wight, N., & Marinelli, K. A. (2014). ABM Clinical Protocol #1: Guidelines for Blood Glucose Monitoring and Treatment of Hypoglycemia in Term and Late-Preterm Neonates, Revised 2014. Breastfeeding Medicine, 9(4), 173–179. https://doi.org/10.1089/bfm.2014.9986

Ver también el documento de la OMS sobre hipoglucemia en

https://www.who.int/child_adolescent_health/documents/chd_97_1/en/index.html

https://ibconline.ca/wp-content/uploads/2016/06/Hypoglycemia-and-Jaundice.pdf

Protocolos Diagnóstico Terapeúticos de la AEP: Neonatología. Numero 18: Hipoglucemia neonatal

 

La información presentada aquí es general y no sustituye el tratamiento personalizado de un Consultor de Lactancia Certificado por la Junta Internacional (IBCLC) u otros profesionales médicos calificados.

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