El destete es un proceso que comienza el día en que el bebé está preparado para comer otros alimentos. A partir de ese momento, muy lentamente, el pequeño inicia una disminución en las tomas de leche materna y la producción empieza a bajar. Este proceso dura años y si se introduce la alimentación complementaria en forma respetuosa, la madre va notando de a poco como reduce su producción de leche, incluso muchas veces no lo nota.

La edad natural de destete del ser humano es entre los 2.5 y los 6 o 7 años. Si se da antes es porque existe algún tipo de interferencia, como las mamaderas, los chupetes o situaciones emocionales, y ya no es considerado un destete natural.

Después de los 2 años, todos los estamentos nacionales e internacionales recomiendan continuar la lactancia hasta que madre e hijo lo deseen.

Si la madre decide destetar se recomienda  que sea de forma respetuosa, aunque, técnicamente, la única forma respetuosa de destetar es la natural, lo que puede llevar varias semanas o meses.

Pero, ¿qué sucede si hay una situación extrema, de fuerza mayor y el destete debe hacerse rápido, a una edad en que el niño no está preparado?

De todo el tiempo que llevo acompañando mujeres, en la comunidad hubo un caso, una historia que me marcó para siempre y que me enseñó que para una madre no hay imposible.

Comencé a acompañar a Priscilla con una gran angustia en mi corazón, ya que era uno de estos casos extremos.

Como asesora, siempre nos enseñaron a lograr un destete respetuoso con tiempo, amor y paciencia. Fue por eso que cuando leí a Priscilla, supe de inmediato que sería difícil. A pesar de intentar transmitir confianza, me sentí aterrorizada de no logarlo y hacer sufrir a la pequeña Isadora.

El caso de esta triada era especial, ya que la madre padecía de cáncer a la tiroides y debía comenzar un tratamiento incompatible con la lactancia lo antes posible.

La gran pregunta era: ¿cómo destetas a una pequeña de 15 meses en un mes y sin traumas?

Los invito a leer la hermosa historia de Priscilla y su pequeña Isadora, ambas nacidas para luchar.

mo podría empezar esta historia, mi historia, la historia que hasta hoy me ha marcado más que mi parto y el puerperio. A los 4 meses de embarazo empezó, sin saber, la travesía que hoy vivimos; Pero fue en noviembre del 2015 que me dijeron que tenía cáncer, sí, cáncer de tiroides.

Lo afrontamos con mi pareja de una forma “celestial”. Él es creyente (cristiano) y ve en todo la huella de Dios; yo en cambio me dije “bueno, me tocó, así es que si me muero ya dejé mi legado”. 

Mi familia otro cuento, la palabra cáncer los hizo pensar en muerte de inmediato.

Empezó la aventura por conseguir en el sistema público atención, derivada claro por la doctora que me realizo el diagnostico; algo que sólo obtuve alegando.

Llegó mi primera visita a la cirujana, terror por lo que me dijera, pero tranquila porque sabía que al final tendrían que operar (googlear la enfermedad me sirvió muchísimo). Ahí fue cuando llega la frase del terror que me hizo llorar semanas: “DEBES DESTETAR A TU HIJA AHORA”. Pero ¡¿cómo?! Si yo pensaba darle su tetismamis hasta cuando no diera más, o hasta que ella no quisiera más. 

Empezó mi angustia, mi desespero y fue entonces que recurrí al grupo “La Comunidad de la Leche” (Si hasta el nombre es ¡wuau!)

Una noche me decidí y conté a grandes rasgos mi historia y apareció, como de la nada, un comentario preguntando que cuando me operarían y explicando que había que ponerse en campaña de inmediato. Fue de esos momentos en que una sabe que todo saldrá bien. Desde ese entonces mi ángel tenía nombre y era una mamá como yo, como , tan sólo que ella sabía cómo y qué hacer y quería ayudar con su granito de arena. Se llamaba Paula Herrera (¡si hasta el apellido es igual al mío!) Todas las noches, conectábamos para dar detalles del día, empezamos con disminuir las tomas del díadifícil tarea ya que mi chiquitita mamaba como si el mundo se fuera a acabar. Pedía cuando lloraba, cuando quería, y si no también. En fin, en dos semanas, a base de distracciones y de hacer un horario para anticipar las tomas pasamos de tomar su tetismamis a la temida pero necesaria mamadera. 

Era hora de empezar con la disminución de las tomas nocturnas. Un calvario para . Empezar con la disminución de las tomas nocturnas fue un cuento, primero porque colechabamos y cada vez que despertaba sacaba su tetismamis y santo remedio, ahora había que despertar por completo (yo por lo menos) y calentar la leche, esperar que aceptara la mamadera y para que pasara eso pasaron tres semanas, tres semanas horrorosas en que no dormía nada yo ni tampoco mi pololisposo. El pobre se bancaba llantos, gritos en medio de la nocheufff, un cuento. Pero un cuento que de a poquito llego a su fin, de a gotitas Isadora empezó solo a despertar a las 3 y 6 am y aun lo hace pero sin tomar leche, creo que sólo lo hace para cerciorarse de que estoy allí.
Igual que las tomas diurnas empecé a anticiparme y ordenar los horarios para que mi niña no sufriera ni su guatita tampoco.
Hoy siendo constante, y gracias a que mi angelito Pau esta allí para nosotras, hemos fomentado eso tan rico del apego más allá de la lactancia. He aprendido que no sólo dando pecho puedo darle lo mejor a mi hija, es más, hoy le tocó su control del año y medio, y aun a unos tres meses de su destete sigue “sobrepeso”

Y lo más hermoso es que, a sabiendas que la siento lejos por su insípida independencia, (aprendió a caminar), sé que ella es feliz, sin sufrir por nada ni nadie. Come bien, toma leche bien, todo bien. Toma su leche entera sin saborizantes y a ella le encanta.

Ahora ella debe aprender que su leche sólo es un alimento, y que a mamá siempre la tendrá allí”.

Hoy Isadora está completamente destetada y aunque Priscilla sigue en tratamiento,  que ambas saldrán adelante. 

Esta fue la historia de Isadora, pequeña guerrera, y su extraordinaria mamá, mamífera y luchadora.

Recuerda que la Comunidad de la Leche no sólo ayuda a mujeres con problemas de inicio a la lactancia. También acompañamos mujeres en forma integral y en toda etapa del puerperio, alimentación complementaria, lactancia y destete.

Escrito por Paula Herrera, Asesora de lactancia de La Comunidad de la Leche.

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