El destete es uno de esos temas que a las madres nos genera más de una sensación, muchas abogan porque hay que destetar a tal edad sino después es imposible, hay otras que desean que sea natural hasta que el niño quiera y también hay las que por razones de fuerza mayor se han visto en la obligación de destetar, parcial o totalmente y esto les produce pena y aflicción.

Hoy quiero escribirles sobre destete, desde la mirada más humana y sincera posible, porque en este proceso no solo hablamos de “cortar la leche” sino que también significa hablar de necesidades emocionales tanto de la madre como del hijo y por qué no decirlo también, del sistema familiar completo.

¿Qué es el destete?

Según el actual Manual de Lactancia Materna de Chile Crece Contigo y el Ministerio de Salud, el destete “es un proceso que se inicia con la introducción del primer alimento que no sea leche materna, es un período de transición en que el niño cambia progresivamente su forma de alimentarse.”

La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es alimentar al bebé con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y de ahí en adelante complementada con otros alimentos hasta los 2 años o más, según decidan mamá e hijo.

Vale decir que no existe ninguna edad obligatoria para dejar de amamantar y que la mayoría de las circunstancias normales de la vida son compatibles con la lactancia si así se desea. Por lo tanto, ni comenzar a trabajar o estudiar es razón para destetar, es válido si así alguna lo ha decidido, pero no es una obligación. Tampoco lo es una enfermedad, la mayoría de los tratamientos y medicamentos son compatibles con la lactancia. Pero si te has informado correctamente y has decidido que destetar es tu mejor opción, pues adelante, busca apoyo para hacerlo de la manera menos dolorosa para tu bebé o niño pequeño y para ti.

Dos tipos de destete

  • Destete iniciado por el hijo: comúnmente llamado el destete natural. Aquél que puede producirse entre los 2 y 7 años del niño. En este destete el niño es el que va marcando la pauta sobre cómo se ha de producir el destete, si de forma más repentina o por días, es decir, algunos días tomará y otros no, o será un proceso que llevará meses para que acabe totalmente.
  • Destete iniciado por la madre: este es el destete más complicado, puesto que implica para la madre un esfuerzo mayor el intentar que su hijo vaya dejando el pecho, cuando aún él tiene interés en seguir mamando. Sea por el motivo que sea que la madre decide de manera consciente iniciar un proceso de destete, la recomendación es que sea un proceso lo menos brusco posible, donde entendamos que va a tomar tiempo, que las cosas no sucederán de una semana a otra y que podamos ser flexibles con las necesidades de nuestros hijos, tengan la edad que tengan.

El destete no es solo dejar un alimento, es dejar el pecho de mamá, es dejar muchas veces la única y gran fuente de contención emocional para un niño, es desconectarse de su madre a través del pecho, es volver a conocer a mamá en otras facetas. De ahí la importancia que entendamos que no puede ser algo abrupto, sino que un proceso paulatino. Incluso para las madres es mejor esta forma porque permite que los pechos se vayan adaptando poco a poco al cambio de producción de leche y evitemos riesgos de obstrucciones, ingurgitación o mastitis.

Estrategias para comenzar un proceso de destete respetuoso con las necesidades de mi hijo.

No ofrecer, no negar

Se trata precisamente de dejar de ofrecer el pecho en las distintas situaciones en que normalmente se hacía, reemplazando el pecho materno por algún alimento, juego, cariño, paseo, lo que funcione mejor según su necesidad. Pero si el niño lo pide en una situación específica no negárselo.

Distracción

Implica adelantarse a aquellas situaciones en que sabemos que nuestro hijo podrá pedir pecho y crear una forma de distraerlo antes de que llegue a pedirlo. Por ejemplo, si sé que mi hijo luego de almuerzo me pedirá pecho para dormir su siesta, pues una manera de distraerlo sería saliendo a dar un pequeño paseo luego del almuerzo, en portabebés o el medio que le sea más cómodo al niño. Seguramente en el paseo se dormirá o al menos se relajará tanto que el pecho no será tan necesario, dependiendo del niño por supuesto.

Sustitución

El sustituir no se trata de cambiar una toma al pecho por un chocolate del gusto del niño. Sino que es dar otros alimentos saludables en vez de una toma de leche materna, al igual que cuando comenzamos con la alimentación complementaria. Por ejemplo, si sé que a media mañana toma pecho por hambre y regalonear, puedo optar por darle una fruta o una galleta de cereal o un jugo de fruta sentados jugando en su lugar favorito.

Aplazamiento

Esta estrategia se puede utilizar con niños que van entendiendo cuando les proponemos tomar pecho solo en casa o antes de dormir. Se va produciendo un destete parcial del niño al pecho, es muchísimo más simple lograrlo en el día que en la noche. Durante la noche el pecho, más que ser alimento en niños más grandes es consuelo, seguridad, amor de mamá. Por ejemplo, si estoy en la calle en medio de las compras y mi hijo de 2 años me pide pecho ahí mismo, puedo ofrecerle tomar un jugo ahora y llegando a casa (si es que no falta mucho y sé que podrá esperar) le daré pecho. Si acepta bien, si funciona alguna estrategia bien, si nada funciona es mejor dar el pecho y respetar que el niño no ha querido otra cosa ahora.

¿Cómo alimentar a mi bebé o a mi hijo pequeño con otra leche durante el proceso?

Dentro del desafío de destetar está también esta constante pregunta, ¿cómo lo alimento si solo toma pecho?.

Es claro que tomará tiempo que se acostumbre a una nueva manera de alimentarse, sobre todo si es ir dejando poco a poco el pecho. Lo ideal es que si es bebé la leche se la pueda dar otra persona. Algunos bebés necesitarán más tiempo para adaptarse a una nueva forma de tomar leche, otros se demorarán menos. Si es menor a un año el destete sugiero tomarlo con muchísima calma y optar por el biberón que mejor acepte el bebé. Muchas veces las madres buscan uno que se parezca al pecho materno, pero no es la única alternativa, de pronto un biberón con una tetina más delgada y larga puede resultar mejor para el bebé, pues el pezón dentro de la boca del bebé se estira, no permanece pequeño como el de los biberones más similares al pecho.

Es fundamental que el biberón sea dado con mucho amor, abrazo y miradas. Sea que lo de la mamá u otra persona. Ese momento no es solo leche y nutrición física, sino que también vínculo afectivo. No olvidarlo jamás, si no hay pecho materno, igualmente puedo vincularme con mi bebé de forma amorosa y respetuosa.

Si el niño que se desteta ya es un poco mayor, quizá pasado el año y medio de edad, no es necesario ofrecer la leche en biberón sino que puede optarse por el vasito de transición u otro tipo. Lo sugiero porque el biberón es algo que también, luego de un tiempo, querremos sacar de la vida de nuestros hijos.

Últimas consideraciones a tomar…

Mi pediateaonline

No inicies un proceso de destete cuando tú, tu hijo y tu familia estén viviendo otra etapa de cambios, espera a que la vida familiar y de tu hijo estén relativamente tranquilas para comenzarlo. Un ingreso al jardín junto con un destete, o un “dejar los pañales” junto con un destete, son procesos muy difíciles de llevar para un pequeño, por lo que se recomienda no hacerlos simultáneamente.

Respetar el ritmo de nuestro hijo puede llegar a ser difícil, pues de pronto hay madres que definitivamente ya no se sienten cómodas dando pecho, ya no les genera placer ni amor, necesitan guardar sus pechos y vincularse de otra manera. Pero nuestro hijo no sabe de lo que sentimos, no sabe de nuestras necesidades, él simplemente tienes sus propias necesidades y tampoco sabe cómo resolver lo que le pasa.

Lo mejor es tomarnos este proceso con mucha calma y amor por sobre todas las cosas. Amor por nuestro hijo que aún necesita del pecho. Si vemos que durante el proceso de destete nuestro hijo se pone cada vez más irritable, se enoja fácilmente, llora muchísimo más, se despierta más seguido que antes del destete, no tiene ganas de comer, es muy posible que el proceso esté yendo demasiado rápido para él y lo mejor sea sentarse, calmarse y retroceder un poco e ir más lento para no dañarle.

Es importante que este proceso, al igual que todos los que se viven en la infancia, sea un proceso que nosotras y nuestros hijos puedan recordar de manera agradable y satisfactoria. Mientras más lento lo hagamos, respetando sus tiempos y necesidades, mejor también nos sentiremos nosotras con nuestro accionar y las culpas tendrán menos cabida.

La culpa es la eterna compañera de la mujer, sea por hacer o por dejar de hacer algo. Pero está en nosotras decidir libre y de manera consciente lo que es mejor para nosotras y nuestros hijos. Informémonos, tomemos conciencia y accionemos libre, amorosamente y sin culpas.

Un abrazo.

Escrito por Katerine Silván, Asesora de lactancia de La Comunidad de la Leche.
Escrito para Mamadre.cl

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